Psicosis esquizofrénica: Nuevos apuntes sobre su fisiopatología

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 17 de Diciembre de 2006)

En las últimas décadas se han realizado esfuerzos para entender la base fisopatológica de los procesos psicóticos crónicos. El tratamiento de estos procesos ha sufrido avances espectaculares desde la introducción de los antipsicóticos atípicos; para quienes quieran consultar estos aspectos se recomienda el artículo del Dr. F. Gutiérrez Suela. Tratamiento actual con antipsicóticos de la esquizofrenia. Farm.Hosp 22 (4):207-212, 1998.
Este tipo de procesos se inician en ocasiones en edades pediátricas y generalmente pasan desapercibidos hasta que están plenamente instaurados. Sin duda de las teorías que mas han arraigado en la explicación de la fisiopatología de la psicosis esquizofrénica es la teoría dopaminérgica; según ella el paciente esquizofrénica sufriría una disregulación de los centrales dopaminérgicos con un exceso de dopamina. Recientemente ha caido en mis manos el artículo publicado por los Dres. Hanson y Gottesman (Daniel R. Hanson and Irving I. Gottesman. Theories of schizophrenia: a genetic-inflammatory-vascular synthesis. BMC Medical Genetics 6 (7):1-17, 2005) en el se analizan algunas teorías sobre la fisiopatología de esta enfermedad. En opinión de estos autores la esquizofrenia es un proceso dinámico conceptualizado como evolutivo o degenerativo alternando en mayor o menor grado uno o ambos conceptos.

El modelo degenerativo implica que después de un periodo de desarrollo normal el individuo sufre un periodo de disfunción que le lleva a adoptar pautas de comportamiento que no sintonizan con el entorno del individuo. El modelo evolutivo supone que determinadas alteraciones en el desarrollo del cerebro supone un riesgo para el desarrollo ulterior de esquizofrenia. Desde los trabajos de Bleuler y Kraepelin sabemos que el paciente esquizofrénico asocia trastornos evolutivos y degenerativos. Estudios neuropatológicos que muestran cambios en la arborización dendrítica y diversos cambios neurodegenerativos incluidos cambios en los volúmenes de diversas áreas del cerebro nos hablan en favor de cambios neurodegenerativos que podrían deberse a la propia enfermedad o a los hábitos asociados (dieta, tabaco) o a la propia medicación que ha recibido el paciente. Diversos trabajos como el desarrollado por los Dres. E. Esel, M. Kula, Ali Saffet Gönül, A. Tutus, M. Bastürk, T. Turan, S. Sofuoglu, and S. Yilmaz. Negative and positive symptoms: In relation to regional cerebral blood flow in drug-free schizophrenic patients. Bull Clin Psychopharmacol 10:57-63, 2000 los pacientes con esquizofrenia tienen disminuciones evidenciables en el flujo de las áreas temporales y frontales.



Los síntomas de la esquizofrenia son altamente variables lo que nos indica la inexistencia de un patrón único de afectación neural en la enfermedad. Cada día cobra mas fuerza la teoría según la cual en la psicosis esquizofrenia coexistirían un proceso inflamatorio microvascular en el SNC y una predisposición genética a desarrollar tales procesos inflamatorios. Los cambios inflamatorios en los astrocitos originan cambios en la barrera hematoencefálica y perpetúan la respuesta inflamatoria. El siguiente esquema extraído del artículo de los Dres.Hanson y Gottesman resume algunas de las ideas que iremos desarrollando en este artículo.

   Además de la teoría dopaminérgica de la esquizofrenia recientes hallazgos parecen indicar la participación de otras rutas metabólicas alteradas en el paciente esquizofrénico y que podrían tener relación con la reactivación de la enfermedad en primavera. El artículo de S. Erhardt, L. Schwieler, G. Engberg. Kynurenic acid and schizophrenia. Adv.Exp.Med.Biol. 527:155-165, 2003, encuentra que la vía metabólica del triptófano, de la kinurenina esta sobreestimulada en los pacientes esquizofrénicos. Esta vía se activa en los sujetos sanos durante las horas de diurnas de exposición lumínica en detrimento de la vía de síntesis de melatonina que se activa en las horas de oscuridad. Según estos autores, una deficiencia de glutamato podría explicar estas alteraciones y entroncaría con la teoría dopaminérgica en la fisiopatología de la enfermedad.
Algunas evidencias como la mostrada en el artículo de los Dres. K. Schroecksnadel, C. Winkler, B. Wirleitner, H. Schennach, D. Fuchs. Aspirin down-regulates tryptophan degradation in stimulated human peripheral blood mononuclear cells in vitro. Clinical & Experimental Immunology 140 (1):41, 2005; sugiere que la activación del enzima 2,3-indolamina desoxigenasa sería responsable de la conversión de triptófano a kinurenina por parte de los linfocitos Th, interferon gamma. Por otro lado, la estimulación de los linfocitos T con concanavalina A estimula la degredación de triptófano hacia kinurenina, efecto que se revierte con aspirina. De esta forma, podemos relacionar la teoría inflamatoria de la esquizofrenia con los cambios neuroendocrinos que vamos conociendo en esta enfermedad.
En el artículo de los Dres. N. Muller, M. Riedel, C. Scheppach, B. Brandstatter, S. Sokullu, K. Krampe, M. Ulmschneider, R. R. Engel, H. J. Moller, M. J. Schwarz. Beneficial antipsychotic effects of celecoxib add-on therapy compared to risperidone alone in schizophrenia. Am.J Psychiatry 159 (6):1029-1034, 2002 se realiza un ensayo clínico doble ciego en pacientes esquizofrénicos donde se compara un tratamiento con risperidona + colecoxib (un inhibidor de la ciclooxigenasa) y risperidona + placebo; estos autores encuentran mejor evolución en los pacientes tratados durante 5 semanas con el inhibidor de la ciclooxigenasa.

Dr. José Uberos Fernández

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