(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 26 de Febrero de 2007)
Diversos hallazgos por distintos autores
sugieren que la esquizofrenia se relaciona con anomalías en diversos
sistemas corporales como un síndrome metabólico, alteraciones en el
metabolismo de los ácidos grasos y respuestas dispares tanto
inflamatoria como autoinmune. M. Peet.
The metabolic syndrome, omega-3 fatty acids and
inflammatory processes in relation to schizophrenia. Prostaglandins
Leukot.Essent.Fatty Acids 75 (4-5):323-327, 2006; revisan en
su artículo estos aspectos que seguidamente desarrollamos.
Síndrome metabólico. En diversos
estudios se ha constatado que los pacientes esquizofrénicos tienen mayor
frecuencia de tolerancia a la glucosa alterada. Esta asociación ha sido
frecuentemente enmascarada por el hecho de que algunos de los
antipsicóticos utilizados cuentan entre sus efectos secundarios ganancia
de peso y resistencia periférica a la insulina. Sin embargo, en
pacientes aún no medicados que sufren un primer episodio psicótico esta
asociación se hace también evidente. Resultado de esta asociación es la
una frecuencia doble en estos pacientes de diabetes y accidentes
cardiovasculares. El síndrome metabólico esta estrechamente relacionado
con factores nutricionales y dietéticos de forma que diversos estudios
ecológicos han confirmado que la esquizofrenia es relativamente
frecuente en países occidentales donde la ingesta de altos niveles de
grasas saturadas, azúcares refinados y bajo contenido en ácidos grasos
omega-3 es habitual; sin embargo, la esquizofrenia es poco prevalente en
diversas poblaciones indígenas con hábitos nutricionales muy distintos a
los comentados.
Se ha observado la existencia de asociación entre bajos niveles de ácidos
grasos poliinsaturados omega-3 (ácido docohexaenoico -DHA- y ácido
araquidónico -AA-) con el síndrome metabólico. Se ha observado que los
pacientes con esquizofrenia tienen niveles de DHA y AA mas bajos en las
membranas celulares, en especial de los hematíes las repercusiones que estas
modificaciones pueden ocasionar en la deformabilidad de los hematíes y en el
transporte de oxígeno a nivel capilar deben ser objeto de ulteriores
estudios.
El tratamiento de la esquizofrenia fundamentalmente de los síntomas de
psicosis y agitación se realiza en la actualidad con antipsicóticos
atípicos, con los que se obtienen en la mayoría de casos buenos resultados
tanto sobre los síntomas negativos como sobre los defectos cognitivos, en su
mayoría difíciles de tratar con los antipsicóticos típicos. Sin embargo, los
efectos secundarios al tratamiento con los nuevos antipsicóticos atípicos,
aún siendo menores que con los clásicos antipsicóticos, originan en
ocasiones deterioro de la calidad de vida. Hace 40 años diversos estudios
histológicos demostraron que la membrana celular de de las neuronas de
pacientes con esquizofrenia tenia alteraciones en los fosfolípidos de
membrana, con estos antecedentes Mahadik and Evans, proponen en 1997
utilizar ácidos grasos esenciales y sus metabolitos como las
prostaglandinas como tratamiento coadyuvante de la esquizofrenia.
En los últimos años las alteraciones en la membrana de las neuronas
observadas en los pacientes con esquizofrenia se han interpretado como
resultado de una alteración en el tournover de los ácidos grasos
poliinsaturados de la membrana celular, en el sentido de un defecto de
síntesis o un aumento de su degradación. Últimamente se propone al estrés oxidativo como uno de los factores que mas repercute en el aumento de
degradación de los ácidos grásos polinsaturados de la membrana celular y por
extensión de la síntesis de fosfolípidos de membrana. De
hecho la reducción de ácidos grasos polinsaturados en la membrana celular ya
fue relacionada con la existencia de psicopatología por Glen y cols. en 1994; Peet y cols.
en 1995. Por ello, diversos estudios realizados en la década de
los 90, utilizaron suplementación con ácidos grasos ω-6,
luego con ω-3 y ácido eicosapentanoico, y últimamente sólo con ácido
eicosapentanoico. Los resultados de estos estudios han sido inconsistentes y
se ha observado diversos problemas metodológicos. En primer lugar, el tiempo
de evolución de la enfermedad debe ser un factor a tener en cuenta puesto
que las lesiones originadas por estrés oxidativo tras varias décadas de
enfermedad pueden ser difíciles de corregir.
Se sabe que la suplementación
con
ácidos grasos poliinsaturados en la dieta si no va adecuadamente
equilibrada con antioxidantes pueden originar un aumento de
peróxidos y por tanto tener un efecto perjudicial. Por ello, en diversos
estudios como el realizado por M. Arvindakshan, M. Ghate, P. K. Ranjekar, D.
R. Evans, and S. P. Mahadik.
Supplementation with a combination of omega-3 fatty
acids and antioxidants (vitamins E and C) improves the outcome of
schizophrenia. Schizophr.Res. 62 (3):195-204, 2003; se prefiere
la suplementación de la dieta de estos pacientes con ácidos grasos
poliinsaturados y vitamina E. Este estudio realizado en pacientes con una
edad media próxima a los 30 años y una duración media de la enfermedad de 10
años a quienes suplementan la dieta diariamente con 400 UI de vitamina E mas
500 mg de vitamina C y una mezcla de ω-3 y ácido eicosapentaenoico (EPA) mas
ácido docosahexaenoico (DHA) en una proporción de 180:120 mg. Estas dosis se
las administran por la mañana durante al menos 4 meses. El ácido
araquidónico disminuye de forma significativa después de la suplementación y
las niveles de EPA y DHA en la membrana celular se incrementaron. Además
estos autores observaron mejoras en la psicopatología de estos pacientes.
Respuesta inflamatoria y autoinmune. Durante el periodo de revolución
industrial se asistió a un incremento en el número de casos comunicados
tanto de esquizofrenia como de artritis reumatoide. Por otro lado tanto
artritis reumatoide como esquizofrenia se han asociado con un aumento de
diversos marcadores inflamatorios, lo que ha llevado a algunos autores a
considerar la esquizofrenia como un trastorno de tipo inflamatorio. De
hecho, algunos tratamientos útiles en la artritis reumatoide han demostrado
ser buenos coadyuvantes del tratamiento antipsicótico: omega-3 y los
inhibidores de la COX-2.
Una dieta rica en grasas y en hidratos de carbono refinados no sólo favorece
el síndrome metabólico, sino que favorece una disminución en la producción
de factor neurotrófico cerebral (BDNF). La existencia de bajos niveles de
BDNF se ha implicado en diversos estudios como un elemento etiológico en la
esquizofrenia.
Dr. José Uberos Fernández
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