(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 10 de Febrero de 2008)
La violencia puede clasificarse en
violencia verbal, física o una combinación de ambas. En muchas de estas
situaciones pueden ser necesarias medidas de control que permitan
prevenir insultos o agresiones a los equipos de emergencia que pretenden
atender al paciente violento. Son factores de riesgo que pueden requerir
reducción forzada del paciente la ingestión de alcohol u otras drogas,
edad entre 13 y 25 años, la presencia de policía, su pertenencia a una
banda juvenil o el antecedente de algún trastorno psiquiátrico. El
homicidio es en algunas comunidades la segunda causa de muerte entre
jóvenes de 10 a 19 años. En M. Kim and H. Hennes.
Prehospital Evaluation and Management of Violent
or Agitated Children. Clin Ped Emerg Med 8:248-252, 2007;
se revisa el manejo del paciente adolescente agitado.
Dependiendo del grado de agresividad del
paciente existen cuatro técnicas que pueden utilizarse:
1. De-escalada: Esta técnica sólo debe
usarse cuando el paciente es consciente del ambiente y esta medicamente
estable. La negociación puede comenzar de forma respetuosa, procurando
un entorno confortable e intentando exponer la preocupación del
sanitario por el bienestar del paciente. Debe mantenerse durante este
proceso una distancia de seguridad en torno al espacio personal del
paciente.
2. Reducción terapéutica. Puede
utilizarse a continuación de la de-escalada, busca sujetar al
paciente para evitar agresiones.
3. Reducción física. Busca inmovilizar
al paciente para evitar movimientos súbitos del paciente.
4. Sedación. Las drogas mas frecuentemente
utilizadas en esta indicación son los neurolépticos y las benzodiacepinas.
Los antipsicóticos y en concreto las butirofenonas (haloperidol y droperidol)
se utilizan para la reducción de los pacientes agitados. Son antagonistas de
la dopamina en las regiones subcorticales del cerebro y la formación
reticular. Su efecto se inicia a los 30-60 minutos después de su
administración IM. Entre sus efectos secundarios se describen hipotensión,
taquicardia, distonia y acatisia. Estos medicamentos estan contraindicados
en los pacientes en los que se sospecha un síndrome de QT largo. Las
benzodiacepinas resultan también útiles en las crisis de agitación, las mas
utilizadas son midazolam y loracepam que pueden ser administradas por
diferentes vías: oral, sublingual, IM, IV o rectal. El efecto secundario mas
importante de las benzodiacepinas es la depresión respiratoria.
Dr. José Uberos Fernández
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